Mientras tejemos, preguntamos sobre las etapas del desarrollo evolutivo, conocemos los procesos que ellos y ellas llevan a cabo en el aula, y sobre todo, el por qué de todo.
Porque cuando nos abrimos a una maternidad consciente, no nos satisface cubrir un currículo repleto de contenidos lejanos y de cuestionable trascendencia en la infancia. No nos convence ver que en el aula se repiten conceptos una y otra vez, llenando las mentes de niños y niñas que están creciendo de una carga que aún no les corresponde
En un clima distendido y amable, tejemos cada semana, pasando con nuestras manos por las manualidades que nutren a las niñas y niños de seis, siete, ocho años. Y sentimos su emoción, su alegría, su esfuerzo, su frustración (¿por qué no?), y así conectamos con ellos, con su manera de aprender, tan arraigada aún a la naturaleza y a sus ritmos, y por esos momentos dejamos a un lado el equipaje adulto: los temores por equivocarnos, los juicios, el intelecto…
Si durante una hora podemos volver a aprender, y así desaprender tantas cosas que se nos olvidan, ya nos hemos acercado un poco más a la profunda y sencilla manera de aprender de un niño /a: desde el corazón.
Aunque ellas y ellos no saben el porqué de cada puntada, cada hilo que tejen, les está nutriendo, y a sus papás y sus mamás les inspira que en una escuela su hijo/a sea atendido como lo que es, y con todo lo que es: cabeza, manos y corazón
Estas sesiones están abiertas a todas las familias interesadas, cada jueves de 13:00 a 14:00




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